miércoles, 19 de noviembre de 2008

El Tercer Ojo

..."El buen conductor consultará un mapa de carreteras, pedirá el mejor itinerario a una de las organizaciones automovilísticas. De este modo el conductor evitará los malos caminos y, si no puede librarse de los baches, por lo menos estará preparado y conducirá con mayor cuidado. Lo mismo sucede con las predicciones. Aun sabiendo dónde van a surgir las dificultades, no siempre es conveniente rehuirlas. El camino más fácil no es siempre el mejor. Por ser budista creo en la reencarnación y que venimos a este mundo a aprender. Cuando estamos en la escuela, todo nos parece difícil y amargo. Las lecciones —de historia, de geografía, aritmética o de lo que sea— nos parecen aburridas, innecesarias y sin sentido. Eso, mientras estamos en la escuela. Pero luego es muy posible que añoremos los buenos tiempos en que asistíamos a aquellas clases. Y puede suceder que nos enorgullezcamos tanto de nuestros estudios que llevemos una condecoración escolar o un color distintivo sobre nuestro hábito monacal. Lo mismo sucede con la vida. Es ardua, amarga y las lecciones que nos enseña parecen al principio carecer de sentido. Es como si la vida se propusiera fastidiarnos especialmente a nosotros. Concretamente, a usted. Pero cuando salimos de la escuela, cuando salimos de esta vida, es muy posible que llevemos con gran orgullo el distintivo simbólico por los padecimientos sufridos.
En lo que a mí respecta, me alegrará mucho poder lucir mi halo. Y téngase en cuenta que a ningún budista le asusta la muerte, pues la considera sencillamente como el abandono de una cáscara o de un traje viejo y sabe que va a renacer en un mundo mejor..."



Fragmento del Libro " El tercer ojo" de LOBSANG RAMPA.